Real Madrid ganó la Copa del Rey ante un valiente Atlético Osasuna

Un doblete del brasileño Rodrygo y un partido mágico de Vinícius le da su vigésimo título de copa al Madrid en el estadio La Cartuja de Sevilla. La resistencia del equipo ‘rojillo’ le dio un tinte de suspenso a la definición.

Ese gusto por jugar siempre al límite, rozando con la gloria o el ocaso al mismo tiempo, es un símbolo inequívoco de este Real Madrid de Carlo Ancelotti. Y fue ese gen competitivo el que le llevó a ganar su vigésima Copa del Rey, título que sirve de estímulo para afrontar el gran desafío de la Champions. Aunque, esta vez, hubo el goce particular de eliminar a adversarios eternos (Atlético y Barça) y terminar derrotando por 2-1 al Atlético Osasuna en la final con dos goles de Rodrygo Goes.

Hay que destacar la labor encomiable del Osasuna, porque a los blancos le costó vencerlo y necesitó de un gran Vinícius, como cómplice ideal de su compatriota goleador. Las entrenadores pusieron sobre el césped de La Cartuja sus argumentos, pero todas esa previsiones duraron 2′. Tiempo que le costó a Rodrygo poner el 1-0, tras una incursión estupenda de Vini desequilibrando la banda derecha del rival.

El Madrid pudo aumentar la cuenta con Benzema, pero el arquero Sergio Herrera le sacó la etiqueta de gol y, minutos después, David Alaba estrelló un tiro libre en el travesaño. Luego, el segundo acto inició con el mismo guión, sin un dominador claro, pero con intensidad. Hasta que Lucas Torró marcó el 1-1 a los 58′ con un gran disparo desde la frontal del área. El tanto fue un sacudón para el Madrid que se despertó del letargo.

Tenían media hora por delante y el partido se volvió de ida y vuelta. El DT rojillo, Jagoba Arrasate, dio entrada a ‘Chimy’ Ávila para buscar más y Ancelotti quitó a Tchouaméni para incluir a Rüdiger y recolocar a Alaba como lateral y ganar dinámica con Camavinga en el medio. Coincidencia o no, tras los cambios, Rodrygo marcó el 2-1 en el minuto 70, luego de otra corrida desequilibrante de Vinícius.

Osasuna buscó la reacción, multiplicó las llegadas por los costados, hasta generó cierto agobio, aunque las ocasiones más claras fueron del Madrid. Como en una escapada de Vini, que quiso ceder el gol a Benzema, pero el francés no llegó a tiempo a la cita. Sufrió el madridismo, en el tramo final, pero su equipo es campeón otra vez con justicia.

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