El equipo de Martín Demichelis no pudo vulnerar a la defensa del ‘Ciclón’ y al arquero Augusto Batalla que le atajó un gol cantado a Palavecino. Ahora, el ‘Millo’ debe esperar al partido de Talleres ya que si pierde con Unión, será campeón mirándolo por TV.
Como uno de los clásicos más intensos del fútbol argentino, San Lorenzo y River Plate se enfrentaron en un titánico duelo de estilos que se saldó con un 0-0 candente en el estadio Nuevo Gasómetro, por la fecha 24 de la Liga Profesional Argentina. Ambos equipos mostraron sus argumentos, sobre todo del CASLA que aún esperaba meterse en la pelea por el título, con mucha disciplina táctica y estratégica.
En ese contexto, el diferencial para los dirigidos por Demichelis es su jerarquía que en general queda expuesta con sus rivales de turno. En la noche del sábado, con orgullo y con muchísimos futbolistas por detrás de la línea de la pelota, el CASLA lo buscó. Antes de la expulsión al ‘Perrito’ Barrios y después, el partido fue un frontón para River hacia los tres cuartos del campo en ataque.
Lo cierto es que el planteo de Insua, ese enjambre de jugadores que le sostuvo todo el partido el ritmo al puntero, fue un problema sin solución para un River que no estuvo tan fino y que por momentos no supo qué hacer con una posesión que siempre se acercó al 70%. De hecho, aún con sus 11 futbolistas en su propio campo, cada robo del Cuervo en defensa era sensación de peligro para el CARP.
Una de las dos rachas más largas de la actualidad del fútbol argentino se iba a quebrar en el Nuevo Gasómetro y, gracias a Batalla en un par de ocasiones, la que se cortó fue la de un River que hizo goles durante 38 partidos consecutivos hasta que chocó con la muralla del Bidegain. Así que, salvo que Talleres pierda este lunes en Córdoba contra Unión, la vuelta olímpica se postergará al menos por una semana.