Siempre imponente, ‘Die Gelbe Wand’ (el muro amarillo) vivió unos nuevos octavos de Champions League. La ilusión de llegar a una nueva final, como el año pasado, siempre está para los apasionados aficionados del Borussia Dortmund, pero enfrente estaba el Lille de Francia. Y, fue el cuadro galo el que derribó las paredes defensivas que plantó Niko Kovac, todo en los pies de Hákon Arnar Haraldsson para certificar el 1-1 final, volver a equilibrar la ventaja que había dado Karim Adeyemi y dejar todo abierto para la vuelta.

Llegaba el equipo germano con un arma infalible para amenazar a los franceses: Serhou Guirassy. El ariete guineano es el pichichi de la Liga de Campeones en solitario (10 goles). Aunque el protagonismo goleador en el Dortmund lo tomaría otro. Adeyemi fue el encargado de abrir la lata tras una primera parte sin mayores sobresaltos. El alemán se inventó al 22′ una genialidad de volea, como aquella recordada de Thiago ante el Oporto, y la sembró en las piolas defendidas por Chevalier.
Eran muchos avisos para un Dortmund descuidado en defensa. Niko Kovac intentó un cambio de aires ingresando a Beier al 66′, pero un minuto más tarde cayó el jarro de agua fría. Haraldsson fue el encargado de derribar el muro de los alemanes, aprovechando una asistencia de Jonathan David para definir con buena colocación ante Kobel, que nada pudo hacer y todo se decidirá en Francia la próxima semana.
