Con una actuación determinante de Lionel Messi, la ‘Albiceleste’ debió ganar por un marcador más amplio, pero se complicó con el descuento australiano a 13′ del final. ‘Leo’ marcó en su partido 1000 como profesional y el viernes se medirá a Países Bajos en cuartos de final.
En el momento que más se necesitaba de él, cuando Argentina no encontraba las vías para destrabar el partido ante Australia, apareció Lionel Messi con su sapiencia para conducir el juego y esa definición excelsa que lo distingue desde hace 1000 partidos, desde que debutó como profesional. Pero también con el temperamento de un capitán, ‘Leo’ llevó de la mano a que la albiceleste derrote a los ‘Socceroos’ por un 2-1 que debió ser un marcador más holgado, por las tantas ocasiones perdidas.
Messi que hasta hoy no había marcado en un partido mundialista de definición directa anotó el primero a los 35′ y llegó a los 9 tantos, para quedar a un gol de Gabriel Batistuta, el máximo artillero argentino en la historia de los Mundiales. No obstante, se necesitó de garra y enjundia para llegar a la ventaja y además Lionel Scaloni debió hacer cambios tácticos en pleno partido para mejorar el rendimiento del equipo.
El reemplazante del sentido Ángel Di María terminó siendo ‘Papu’ Gómez, que inició por la banda izquierda y después se debió mover a la derecha para encontrar sociedades con Messi y De Paul. Además le subió una revolución a su despliegue para generar las ocasiones ausentes hasta los 30′ y ahí el partido parecía controlado pero era necesario cerrarlo. Así llegó el segundo tanto, a los 56′, tras una presión en campo australiano que la terminó añadiendo Julián Álvarez.
Desde entonces, Argentina tuvo más ocasiones para no sufrir el partido en el tramo final. Metió a Lisandro Martínez para armar una línea de tres en el fondo y así los laterales tuvieron más libertad para lanzarse al ataque. De hecho, Lautaro Martínez falló dos tantos cantados y hasta Leo Messi pudo cerrar la cuenta antes del descuento de Australia, por autogol de Enzo Fernández a los 77′, tras remate de Craig Goodwin.
En la jugada final, apareció Emiliano Martínez para abrir las brazos para bloquear el remate del norsudanés Garang Kuol cuando se daba media vuelta para encarar el arco. Así de dramático fue el cierre de un partido que se debió definir con comodidad, pero que lo sufrió por no ser tan efectivo.