Definición de locura en el fútbol argentino. El ‘Xeneize’ sufrió para sostener el 2-2 ante Independiente, pero la derrota de Racing ante River desató el festejo del título en La Bombonera. Vibrante por donde se lo mire porque la ‘Academia’ falló un penal a los 89′ con el que pudo ser campeón.
Ni el mejor guión de una notable película de suspenso hubiese tenido tanta incertidumbre como la definición de la última jornada de la Liga Profesional Argentina. En el escenario se vieron festejos, angustia por los nervios y una situación que cambiaba minuto a minuto, con un colofón inaudito: Boca Juniors beneficiándose de la ayuda invaluable de River Plate, su rival histórico que no le importó contribuir con una estrella más para el palmarés ‘xeneize’.
Boca es campeón del fútbol argentino. Tal vez se dirá que no tiene brillo, pero tienes jugadores con luz propia. Como el arquero Agustín Rossi, decisivo con atajadas oportunas que sostuvieron el empate 2 a 2 con Independiente y que levantaron a una Bombonera que no creía como su rival lo tuvo contra las cuerdas en varios tramos. Al extremo que la hinchada boquense vivió el último cuarto de hora actualizando las pantallas de su móvil o escuchando la radio.
Pese a todas las suspicacias, Independiente buscó el gol y se adelantó a través de un penal de Leandro Fernández (32′). En ese momento, Racing empataba 0 a 0 con River, por lo que había desempate; pero de inmediato Boca empató por Pol Fernández (34′) tras un tiro libre de Óscar Romero. Así terminaron ambos primeros tiempos y en el arranque de la segunda etapa, Sebastián Villa marcó de tiro libre a los 50′ y aseguraba el título boquense con el 2-1.
Pero minutos después se movió el marcador en el Cilindro de Avellaneda: Matías Rojas, de penal, marcó para Racing a los 56′. Boca aún era campeón, pero un empate del ‘Rojo’ le daba el título a la ‘Acadé’. Sin embargo, Miguel Borja marcó el 1 a 1 para River a los 80′. Y para aumentar la emoción, un minuto después igualó Javier Vallejo en La Boca. Entonces, un gol racinguista desataba el festejo en Avellaneda.
Esos últimos diez minutos fueron los de mayor incertidumbre que tuvo como colofón el cobro de un penal del árbitro Echavarría a favor de Racing a los 89′. El encargado fue el novel Jonathan Galván, pero su derechazo fue rechazado por Franco Armani, el héroe sin capa más inesperado para la hinchada ‘xeneize’. Es cierto, no se festejó en La Bombonera, pero vaya que les devolvió el aliento a todos.
El entrenador Fernando Gago se agarraba la cabeza, como sus jugadores y los hinchas que llenaron el Cilindro. Con el shock encima, hubo cinco minutos de descuento para que Racing busque la heroica, pero fue en una contra, sobre el final, que Borja sentenció el partido y confirmó el título de Boca en una definición inolvidable, que demostró que se jugó con lealtad y respeto por la pelota.