El ‘Xeneize’ consigue un triunfazo en el sur de la Provincia de Buenos Aires con gol de Darío Benedetto en el ocaso del partido. La punta del torneo de Liga se pinta de azul y oro cuando solo restan ocho jornadas por delante.
Era solo cuestión de tiempo para que Boca Juniors escale hasta el primer lugar del torneo de Liga Profesional. Y no precisamente porque tenga un juego vistoso -todo lo contrario- pero gana siempre y ese es un argumento irrebatible. Con el agónico 1-0 de hoy ante Lanús, el ‘Xeneize’ suma cinco victorias consecutivas y un envión que no parece tener techo, porque siempre encuentra respuestas por ese arrojo que le podrían decir suerte de campeón.
En el inicio el partido tenía sus riesgos ante un rival comprometido con el promedio del descenso y por los cambios obligados en el ’11’ que ganó el Superclásico. Hugo Ibarra acudió a cinco cambios obligados por el desgaste físico y se notó el letargo. Carlos Zambrano entró por el suspendido Rojo y Esteban Rolón, Oscar Romero, Norberto Briasco y Luis Vázquez en reemplazo de los sentidos Martín Payero, Alan Varela, Luca Langoni y Darío Benedetto que después entró para definir el encuentro.
El segundo tiempo expuso lo que es el Boca de Ibarra. Lanús empezó a cuidarse, mientras que los ‘xeneizes’ no crecieron por la falta de ideas, a pesar de tener el control del balón. Sin embargo, cuando el partido le dió una oportunidad, no la desaprovechó. Benedetto, que ingresó en los últimos 25′, casi no participó, pero estuvo en el lugar indicado para culminar la acción individual de Frank Fabra. Puede mostrarse desconcentrado, a veces displicente; incluso sufre bajas por lesiones o sanciones.
El desafío de Ibarra pasa ahora porque sus dirigidos no bajen los brazos en esta recta final. No en la del buen juego, algo a lo que este ciclo no acostumbra, pero es innegable que la actitud empezó a ser otra y se nota en la tabla de colocaciones. Boca asume ahora el liderazgo con 35 unidades, uno por encima del anterior líder Atlético Tucumán, que mañana juega ante Talleres de Córdoba. ¿Aguantará la presión?