La Superliga sufrirá un cambio radical

La Unión Europea ha denegado el registro del nombre ‘Superliga’ a la competición impulsada por importantes clubes del viejo continente.

La Liga danesa, conocida como 3F Superliga, ha recibido la “plena aprobación” de la Unión Europea (UE) para mantener el uso exclusivo de la marca “Superliga”, lo que obliga a la competición europea a replantear su denominación.

Logo de la Superliga danesa

El comunicado emitido por la competición continental danesa afirma que la marca “Superliga” es propiedad conjunta de los clubes daneses, lo que impide que una posible liga europea registre esta marca comercial en la UE. La autoridad de marcas de la Unión Europea ha respaldado esta postura, lo que supone un revés significativo para el proyecto liderado por el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, y respaldado por otros clubes importantes.

El proyecto de la Superliga Europea, también promovida por Joan Laporta, presidente del FC Barcelona, había optado por el nombre “Superliga Europea” como identidad para su propuesta de una nueva competición de fútbol continental de clubes. Sin embargo, la negativa de la UE a permitir el registro de la marca “Superliga” en este contexto ha obligado a replantear esta estrategia.

La competición danesa ha celebrado esta decisión como una victoria fuera del campo, resaltando el valor que los clubes daneses han invertido en la 3F Superliga y reafirmando su posición en contra de la creación de una nueva liga europea cerrada.

Ante esta situación, la Superliga Europea se ve obligada a reconsiderar su estrategia y buscar una nueva denominación que se ajuste a las regulaciones legales. La competición continental aún no ha emitido una respuesta oficial a esta resolución de la Unión Europea, pero es probable que deban recurrir la decisión o explorar otras opciones para nombrar su proyecto deportivo.

Florentino Pérez lidera la creación de la Superliga europea

Real Madrid, Barcelona y otros clubes europeos anunciaron el 18 de abril de 2021 la creación de una nueva competición ante la inestabilidad del modelo económico del actual fútbol europeo. El formato preveía hasta 20 equipos participantes, los fundadores, tres más invitados y otros cinco equipos que se clasificarán anualmente por su rendimiento. La Superliga entre sus propuestas presentó una competición abierta, con 64 clubes en tres grupos, ascensos y descensos.