Como era de esperar una final anticipada y el Metropolitano definira una eliminatoria igualadísima, cerrada, que domina por el momento el Real Madrid ya que la Champions es el patio de su casa. Rodrygo y Brahim marcaron las diferencias que no establecieron Mbappé y Vinicius, bien contenidos por un Atlético notable. Los rojiblancos se agarran al gran valor del bloque y a la mística de su estadio para definir el pase a cuartos. El talento descomunal de la ¨araña¨ Julián Álvarez, que marcó un gol de otro partido.
De todos los Atléticos que lleva construyendo el Cholo, el actual parece el más completo, el más dotado para adaptarse a cualquier partido y capaz de vencer a este Real Madrid de Carlo Ancelotti. A replegarse en torno al área, a buscar la velocidad por los costados y hasta a descansar con balón. Tiene personalidad incluso para reponerse a un inicio desfavorable.

El Madrid tuvo el inicio soñado. Antes del minuto 4 Fede Valverde descubrió la carrera al espacio de Goes, puso la pelota en el sitio y el talento del brasileño hizo el resto. Aguantó la carga, se perfiló hacia el centro y rompió la pelota, de zurda y con fe, para abatir a Oblak. El gol abrió un tramo de dominio blanco, mientras el Atlético asumía el castigo.
El Madrid perdió el hilo del fútbol y lo recogió Griezmann, que empezó a aparecer por todo el campo para mejorar cada jugada. De repente daba salida en el lateral derecho como aparecía, segundos después en el extremo opuesto, devolviendo una pared. Crecía el Atlético, que no perdía el balón mientras el Madrid no encontraba salida. Hasta Julián Álvarez compensaba al compañero descolocado si Vinicius intentaba salir a campo abierto. En esas estábamos cuando La Araña convirtió en oro un balón sin gloria, cerca de la línea de fondo, en una disputa con Camavinga. Salió con la pelota, abrió el ángulo y dibujó una rosca preciosa, extraordinaria, imposible incluso para Courtois.

El empate reforzó al Atlético, que se apoderó de la pelota y gobernó el partido antes y después del descanso. Le faltaba al equipo del Cholo algo de claridad en el último pase, de finura en algún control. Un buen centro de Lino al segundo palo encontró a De Paul al otro lado solo, pero se le fue el control. El Bernabéu mumuraba el empate y de pronto apareció la solución. Un buen servicio de Vinicius al desmarque de Mendy desembocó en Brahim Díaz, que se paró en el área y detuvo el tiempo. Como el Buitre. Controló, toque a un lado, quiebro y remate seco, cruzado, a la red. El estallido del Bernabéu liberó la tensión del madridismo, que se temía lo peor.

Para sorpresa general, Ancelotti fue el primero en mover el equipo. Metió a Modric porque era indispensable para guardar la pelota. Aún así, el Atlético respondió con el talento de Griezmann, que entró por el costado derecho y cruzó un remate que obligó a una magnífica mano de Courtois. Simeone cambió a medio equipo en cuestión de diez minutos, incluso al ya agotado Griezmann. Llorente al medio, y Correa y Sorloth para sembrar el terror junto a Julián, bien controlado en el segundo acto por Asencio. Imprescindible. El partido se trabó, a la espera de que alguien lo rompiera. Modric mandó en el último tramo, y lo cierto es que tuvo fortuna el Atlético de no recibir el tercero tras un error de Llorente en la prolongación.

Ahora se decidirá dentro de una semana el próximo miércoles 12 de Marzo será el día D en el Metropolitano en lo que sera un definicion para el infarto.