Cuando el partido concluía en igualdad a cero, lo ganó el ‘Millonario’ con gol de Miguel Borja de penal. Y mientras el ‘Colibrí’ celebraba, se desató una gresca generalizada que concluyó con expulsiones de 3 jugadores por bando y el DT xeneize Almirón.
En el final pasó de todo. En el final llegó el escándalo, el caos, la batalla campal. En el final llegó el penal de Sandez a Solari, el gol de Borja, el cruce Palavecino-Romero que desató el bochorno. En el final, Boca se quedó con ocho y el local, con diez. En el final, recién, lo ganó River. Se lo pudo llevar antes, sí. Se lo debió llevar antes. Pero por eso, acaso, lo disfrutó más.
Porque lo buscó aun cuando parecía que no era, porque intentó hasta el último aliento, porque lo quiso. Porque cortó la racha superclásica del 2022, porque le sacó 19 puntos a su rival de toda la vida en la Liga Profesional Argentina, porque lo dejó sin nada en el campeonato. Porque se recuperó del cachetazo en Brasil, porque lo disfrutó con su gente, porque al fin de cuentas hubo fiesta Monumental.
Porque lo buscó aun cuando parecía que no era, porque intentó hasta el último aliento, porque lo quiso. Porque cortó la racha superclásica del 2022, porque le sacó 19 puntos a su rival en la Liga, porque lo dejó sin nada en el campeonato. Porque se recuperó del cachetazo en Brasil, porque lo disfrutó con su gente, porque al fin de cuentas hubo fiesta Monumental.
Antes del papelón, hubo un partido. Y ahí también ganó River. Podría decirse, de principio a fin, más allá de que el gol de Borja llegó en el descuento, cuando ya casi se había resignado a su propia suerte (la que le había faltado en 92 minutos) y a un 0 a 0 que premiaba más a su rival.